Estado de las rutas y del tiempo en Mendoza

Con cientos de niños, se realizó el último cambio de guardia de la Bandera de Los Andes


El 23 será trasladada en un sostén de madera, especialmente construido para no dañarla y con la guardia correspondiente, al séptimo piso de la Casa de Gobierno, donde será restaurada por especialistas.

El cambio de guardia de la Bandera de los Andes fue en homenaje a José Hernández y a la tradición. Hernández, defensor del gaucho y autor del “Martín Fierro”, obra cumbre de la literatura gauchesca nació un 10 de noviembre y en su homenaje fue establecido como el “Día de la Tradición” mediante ley promulgada el 18 de agosto de 1939.

El acto del cambio de guardia se inició a las 10.30 con la entrega de banderas de ceremonia nacional y provincial a la Fundación Héroes de Malvinas que preside Juan Durán. La recibieron el secretario y el tesorero de la entidad, Carlos Rosales y, Enrique Sierra de manos del ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Félix González, y del segundo comandante de la VIII Brigada, coronel José Corvalán.

Posteriormente, actuó el Ballet Municipal de la Ciudad de Mendoza, dirigido por Iván Martínez quien tiene una excelente trayectoria. Durante 12 años integró el ballet folklórico profesional de Guaymallén, participó en Fiestas Nacionales de la Vendimia, Americanto 1993 y en el V Festival de Danzas Folklóricas en Palmas de Mallorca, España.

Martínez actuó junto al elenco de Julio Bocca y Eleonora Cassano en la obra Kuarahy; fue seleccionado para integrar la Compañía National Theater of performance realizando giras por EE.UU e integró la Compañía de Tango argentino dirigido por Héctor Moreno en gira por EE.UU.

El relevo de custodia de la bandera de Los Andes estuvo a cargo del Regimiento de Montaña 11 “General Las Heras” y el Carrusel a cargo de la Banda de Música Talcahuano que interpreta música de marchas militares y temas populares.

Restauración del símbolo de la libertad latinoamericana, a cargo de expertas

El 23 de noviembre la Bandera de los Andes será trasladada desde la planta baja hasta el séptimo piso de la Casa de Gobierno y será restaurada por especialistas.

Para preservarla correctamente se construyó una tabla especial donde, una vez retirada de su caja vidriada, será subida por las escaleras con la custodia correspondiente.

La Secretaría de Cultura dispuso, junto al Ministerio de Infraestructura, que tres restauradoras de experiencia realicen la tarea.

Se trata de Patricia Lissa, conservadora restauradora de Colección de Textiles del Museo Casa Isaac Fernández Blanco, quien además tiene a cargo la conservación de Vestuario y Textiles en el Museo del Cine Hicken. Es licenciada en Museología de la Universidad del Museo Social Argentino con posgrado en Estocolmo, Suecia.

Actualmente es titular de la cátedra de Conservación de Textiles de la carrera de Restauración de Bienes Culturales de la Universidad del Museo Social Argentino. También es miembro del Comité Chileno de Conservación Textil. Forman parte de su equipo Ivana Rigacci y Noelia Gáname.

La bandera bordada en 1817

El general San Martín estaba finalizando la organización del Ejército de los Andes cuando recibió la comunicación oficial de la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas. El Libertador entendió que sus tropas debían tener un estandarte propio. En la cena de navidad de 1816 San Martín desafió a su esposa y 4 amigas a confeccionar una bandera antes del 5 de enero. La tela la compraron en una callejuela que llamaban “Del

Cariño Botao”, muy cerca de San Vicente, hoy Godoy Cruz. La bordaron día y noche y el 5 de enero de 1817 fue bendecida desde la iglesia Matríz, ubicada en las esquina de la Plaza Mayor. En la oportunidad, San Martín ofreció a la virgen su bastón de mando.

Otra versión de la historia relata que fueron las monjas de la Buena Enseñanza quienes la bordaron y que en los ojos del sol colocaron dos topacios y en los rayos pequeños diamantes, lentejuelas de oro y perlas.

La bandera posee un metro veinte centímetros de ancho por un metro cuarenta centímetros de largo. Cada una de las fajas tiene 69 centímetros la blanca y 61 centímetros la azul-celeste.

Entre 1932 y 1935, la bandera fue colocada en un cuadro estuche y la ubicaron en el Salón Rojo de la entonces Casa de Gobierno que estaba frente a la plaza Independencia.

Como la bandera está muy deteriorada en la parte que se unía al asta y aún más en el lado opuesto, que se deshacía al contacto de la mano, se le practicaron dos dobladillos en las líneas opuestas y se eliminaron las partes deterioradas, con lo que el Sagrado Símbolo perdió aproximadamente 10 centímetros de largo y 4 centímetros de ancho.

Para evitar nuevos deterioros se superpuso una tela de sarga azul.

Cuando se inauguró la Casa de Gobierno, en 1951 trasladaron la Bandera de los Andes que permaneció en el 4to. piso hasta que en diciembre de 1992 fue declarada la “Enseña de la Provincia de Mendoza” y se la trasladó al vestíbulo de acceso principal del palacio gubernamental.

Para preservarla se la colocó en una caja de vidrio templado, revestido con mármol blanco, sobre un basamento de granito negro. A la vez, la estructura está contenida en uno de los paneles de granito natural que sirven de muro historial. En ese muro se grabaron las reseñas de la confección de la Bandera de los Andes y su valor en la gesta sanmartiniana. Existe en el lugar una iluminación especial y un sistema de alarma y de protección ambiental contra la luz solar para proteger su género.

Con cadenas de bronce fundido se estableció un perímetro en torno de la estructura.

Tiene una guardia de honor durante las 24 horas a cargo de cuatro granaderos que pertenecen al Regimiento de Infantería de Montaña 11 “General las Heras” de Tupungato.

Ceremonias

Las ceremonias del Cambio de Guardia con su rito militar se realizan seis veces al año: en marzo para la vendimia; en mayo en homenaje a la Revolución de 1810; en junio por la creación de la bandera; en agosto en homenaje a San Martín; en setiembre a los maestros latinoamericanos y en noviembre por el Día de la Tradición y José Hernández.

Edición: Sandra Pizarro.