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El 26 de enero es el Día de la Educación Ambiental


Ambiente viene realizando numerosas actividades en las que ya han participado más de 4.000 alumnos de los tres niveles educativos con mensajes de conservación, promoción y conciencia ambiental.

Estos programas se centran en la conservación de la flora y fauna, la adaptación y mitigación del cambio climático, la eficiencia energética, la conservación del arbolado público y la gestión de residuos sólidos urbanos.

Desde hace décadas, el ambiente, su conservación y cuidado ha sido una de las preocupaciones de un pequeño grupo de la población. A medida que han pasado los años, este grupo se ha vuelto más numeroso y cada día son más personas las que están involucradas con el cuidado de su entorno, ya sea perteneciendo a una organización o realizando pequeñas acciones en su diario vivir.

En la práctica, la educación ambiental es un proceso participativo, que busca despertar en la población una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental sea está a nivel local o a nivel global.

La enseñanza de teoría y de actitudes que llevadas a la práctica se intenta llegar a la formación de una nueva ética, que reconozca las relaciones de los seres humanos con sus congéneres y con la naturaleza, además de la necesidad de transformaciones en las políticas de los gobiernos para el cuidado del entorno.

La educación ambiental debe ser entendida como un proceso orientado a estimular la conciencia y el interés por las cuestiones socioambientales y su problemática global y a fortalecer la capacidad de las personas para trabajar individual y colectivamente en la solución de los problemas actuales y en la prevención de los que puedan venir. No se trata de una educación para comprender y admitir sino para comprender y actuar.

Es por ello que, en el nuevo milenio, se apunta a la educación para el desarrollo sostenible (EDS). Consiste en educar para generar una verdadera transformación social con el objetivo de crear sociedades más sostenibles.

La EDS toca todos los aspectos de la educación, incluidas la planificación, el desarrollo de políticas, la implementación de programas, el financiamiento, los programas curriculares, la enseñanza, el aprendizaje, las evaluaciones y la administración. La meta de la EDS es brindar una interacción coherente entre la educación, la conciencia pública y la capacitación con miras a la creación de un futuro más sostenible.

Esta educación se basa en 7 principios básicos:

  • Primer Principio: permite el ejercicio de la participación ciudadana. La educación ambiental está comprometida con la formación de ciudadanos conscientes de su responsabilidad, obligaciones, deberes y respeto frente a la comunidad. Es una práctica comunitaria en la cual la escuela, el hogar, los grupos sociales y los municipios deben mantener estrechos contactos y producir acciones conjuntas.
  • Segundo Principio: el diálogo y el aprendizaje para la solución pacífica de los conflictos son de gran el valor y se convierten en fuentes de aprendizaje. Ponen a prueba nuestras capacidades para discriminar, evaluar, aplicar criterios y valores, elaborar alternativas de solución y tomar decisiones.
  • Tercer Principio: considerar que los aspectos éticos son fundamentales, ya que la educación ambiental se asienta en una ética que compromete a todos los que participan de ella, para avanzar en la dirección de la equidad social y el equilibrio ambiental.
  • Cuarto Principio: desarrollo del pensamiento crítico e innovador. Es necesario formar personas capaces de observar la realidad, de criticar constructivamente nuestro sistema y de elaborar alternativas y nuevos modelos de pensamiento y de acción.
  • Quinto Principio: complejidad e interdisciplinariedad. La realidad debe interpretarse en términos de relaciones y para ello se requiere el aporte de distintas disciplinas que se integren a través de proyectos multidisciplinarios. En suma, el carácter de multidisciplinarios significa que afecta e integra todas las asignaturas, con la presencia de objetivos y actividades más generales para cada sector de aprendizaje. Es decir, los temas y problemas definidos requieren de la colaboración de las distintas disciplinas y deben tratarse complementariamente. Este sentido final de la transversalidad permite que impregne todos los planteamientos, organización y actividades del centro educativo.
  • Sexto Principio: enfoque a la solución de problemas. La educación ambiental debe ayudar a la comunidad a poner en cuestión sus ideas sobre los diversos problemas ambientales y los sistemas de valores que sustentan esas ideas. El proceso de enseñanza y de aprendizaje en educación ambiental es significativo cuando el conocimiento y las habilidades adquiridas son útiles en situaciones de la vida real. Observar con una conciencia ambiental es detectar los obstáculos y buscar los medios propios para superarlos.
  • Séptimo Principio: de una posición de superioridad y control, a otra de equilibrio. Este principio plantea al ser humano como parte inseparable de un sistema que comparte con el resto de los seres vivos y a los que está indefectiblemente unido debido a sus relaciones comunes. En otras palabras, la educación ambiental es una base saludable para la vida en democracia.

Es tarea de todos involucrarnos en el cuidado de nuestro ambiente hacer de él un espacio amigable y sostenible para las generaciones futuras.

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