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El folclore mendocino estará representado en Cuba por Víctor Hugo Cortez


El músico formará parte de la delegación de artistas mendocinos que nos representarán en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2019.

Cortez tiene una larga trayectoria en la música folclórica. Desde muy joven empezó a componer sus canciones, ha grabado más de 10 discos y creó piezas artísticas únicas, como Camino a Mendoza y No sólo de pan, entre otras grandes obras.

“Canto desde los tres años, estaba destinado a cantar. Amo cantar, lo hago hace 51 años. Empecé a componer a los 10 años, a esa edad ya ensayaba algunos bosquejos musicales. Me crié con una música melódica que tenía que ver con Nino Bravo, Sandro. Hasta que apareció Serrat y me cambió la cabeza. Su impronta humana, poética, política y social nos marcó a muchos cantautores”, recordó Víctor Hugo Cortez.

Otra de sus influencias musicales fue su padre, que inculcó el bagaje folclórico de otras provincias y de otros países de Latinoamérica, como Cuba. A partir de este, legado que dejó su padre en él, Cortez fusionó lo melódico con lo folclórico.

“Compongo canciones que pueden tener una estructura de una cueca, de una tonada, de un gato, pero primero que nada es una canción y luego subyace una forma musical que puede o no responder a lo convencional”, explicó el artista.

A los 17 años, Cortez comenzó a participar en recitales de otoño, en el Teatro Independencia. Allí compartió escenario con músicos como Pocho Sosa y Hebe Yacante. Desde ese momento, sus canciones empezaron a comprometerse con lo social y lo político. Esto lo llevó a descubrir a otros músicos y a descubrirse a él mismo. En aquel entonces, sus letras hablaron del proceso de democratización de Argentina y Chile.

Algunos años después, Cortez ganó el pre-Cosquín como solista vocal, cantando sus propias canciones: “Luego de esto, seguí componiendo y armé mis propias bandas. Formé parte de la banda Salsa Blanca, integrada por grandes músicos como Mario Matar. Después, armé mi propia banda, que se llamó Son del Barrio, con mucha impronta política y social, donde hablábamos de gatillo fácil, del Nunca más. Y luego me dediqué definitivamente a la canción de raíz folclórica”.

Al tiempo, el folclorista mendocino crearía una de sus obras más destacadas, No sólo de pan. Se trata de una combinación entre lo musical, lo poético y las comidas típicas de nuestra provincia. Esta creación artística lo llevó a conocer Europa y varios países del mundo.

Actualmente, Cortez y la Secretaría de Cultura están realizando el programa Kilómetros Cuyanos. Consiste en una serie de microdocumentales que se pueden ver en el canal de Youtube de Cultura. La producción audiovisual tiene como objetivo rescatar, sintéticamente, la historia de referentes culturales cuyanos como Armando Navarro, Chimica Gonzáles y Miguel Ángel Cadiz, entre otros.     

“Además, sigo componiendo. Hoy más que nunca, por suerte. Y continúo participando de diferentes actividades culturales y musicales, como festivales”, afirmó el cantautor.

Respecto de su selección para representar a la provincia en Cuba en el ámbito de la música, Cortez dijo: “Es un buen reconocimiento. Me parece que la sociedad cubana es uno de los íconos humanitarios que tiene el mundo. Hay cosas absolutamente criticables y otras que son venerables, como la educación, la salud, etcétera”.

Y agregó: “Creo que es un reconocimiento merecido. Porque tiene que ver conmigo, con mi forma de pensar, con ídolos que han forjado mi canción, como Silvio Rodríguez. Creo, absolutamente, en las revoluciones humanas y una de las revoluciones más puras fue la que encabezó Ernesto Guevara”.

En cuanto a lo que presentará en la Feria del Libro de La Habana 2019, el artista afirmó: “Lo que voy a mostrar, principalmente, será No sólo de pan. Presentaré el libro y la música, que complementa esta obra. Pero también expondré otros diez discos míos. Además, en el marco de este encuentro cultural internacional, realizaremos conciertos en diferentes ciudades de Cuba”.

No sólo de pan es una obra que conjuga la poética, la música y un elemento identitario, como es la comida. Es una pieza artística que contiene música cuyana, como tonadas, cuecas y zambas. Un conjunto de canciones nativas, que cuentan recetas típicas criollas.

Víctor Hugo Cortez, a través de su música, busca interpelar al oyente haciéndolo reflexionar sobre su objetivo en la vida. Además, intenta cuestionar a la sociedad y a los seres humanos sobre su papel en la construcción del mundo.

Para el folclorista mendocino, lo más preciado que le ha dado la vida es la posibilidad de cantar: “Es lo que me hace feliz, absolutamente. Podría cantar donde sea, acá, para cinco personas, para mil o para mí. Cantar es lo más hermoso que existe”.

Y una de sus creaciones musicales más reconocidas es Camino a Mendoza. Canción que compuso a los 17 años y que todavía continúa interpretando: “Cuando uno vuelve a Mendoza, no se mira para atrás. Esto, metafóricamente, significa que cuando uno vuelve a su identidad, a las cosas que te identifican, todo lo demás se desvanece. A mí no hay algo que me identifique más que una viña, siento que estoy en casa”.

A Víctor Hugo Cortez le gustaría que sus canciones tengan un mayor reconocimiento: “Creo que realmente se lo merecen, no todas, pero algunas sí. Pero esto es porque mis canciones son como mis hijos, considero que son valiosas y se merecen lo mejor”.

Además, el músico mendocino adelantó que está por cumplir un nuevo sueño, que es reinventarse: “Quiero olvidarme de quien fui hasta ahora, ir a vivir a otro lugar y reinventarme. No ser nadie, para empezar a ser todo, ser un desconocido. Esto es maravilloso, porque lo otro te avejenta. Es como las fotos viejas, se ponen amarillas. En cambio, si vos tirás esas fotos, podés reinventarte. Concretamente, significa irme a cantar a otro lugar, donde sea y como sea”.

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