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El mendocino Gabriel Jimenez ganó concurso del Teatro Nacional Cervantes


Con su obra Sirenas, representó a la región Nuevo Cuyo. La pieza será montada y filmada con elenco y dirección local, en colaboración con el Instituto Nacional del Teatro, para su posterior presentación en Cervantes Online.

Sobre 1.548 propuestas, el trabajo del escritor Gabriel Jimenez fue seleccionado en el concurso Nuestro Teatro, impulsado por el Teatro Nacional Cervantes con el fin de estimular y generar contenidos con un proyecto solidario, para que las artes escénicas sigan funcionando.

El jurado de selección final estuvo constituido por Romina Chepe, Mónica J. Paixao y por las autoridades del propio Teatro Cervantes, Rubén D’Audia y Sebastián Blutrach.

En las próximas semanas comenzará el proceso de preproducción de cada obra, con el llamado a directores y conformación de elencos artísticos y técnicos. La etapa de ensayos comenzará una vez que sea aprobado el protocolo de la actividad teatral correspondiente.

Sirenas

Es la ópera prima en dramaturgia del autor mendocino. Relata la rutina de un supermercado de barrio que resulta alterada por la particular iniciativa de uno de sus clientes y el efecto que esto genera en el resto de las personas allí presentes. Lentamente, el afuera comienza a filtrarse en forma de sirenas que invaden ese búnker en el que se encuentran. Ese canto es lo único que puede entrar o salir del lugar, mientras quienes lo escuchan se parecen cada vez menos a quienes entraron esa mañana en el supermercado.

La obra explora algunas de las temáticas que el escritor y poeta ha venido abordando desde la poesía: la violencia, la desigualdad y el extractivismo. “Se trata de una propuesta hiperrealista cuyos personajes toman la voz para evidenciar el sostenimiento o la caída de un orden/sistema en torno a cuestiones de género, clases y la romantización de una salida a todo esto”, detalla su autor quien debuta, con este texto, en la dramaturgia.

El humor encierra cierta tragedia, en esta historia que nos sitúa en la cotidianidad de un supermercado de barrio en el momento en que ocurre un hecho inesperado. Gabriel explica: “Si bien hay un tono que por momentos se acerca a la comedia, los giros de la trama hacen que la obra nunca termine de serlo. Subyace, también, una crítica -en el sentido de análisis- sobre lo que consideramos que no debería ocurrir”.

Sirenas, en definitiva, pone en evidencia algo que hace ruido, que no termina de encajar en lo preestablecido. Y, en ese ruido, esa ruptura, desliza su crítica social.

Gabriel Jimenez responde

¿Cómo surgió la idea base del argumento central?

Por lo general suelo abordar temáticas ligadas a lo coyuntural, lo que está pasando en el momento, luego intento ir más allá de eso y encontrar cuestiones de fondo que problematicen la vida cotidiana o que nos interpelen como sujetos aquí y ahora. Algunos de mis textos abordan temáticas vinculadas a lo social, género, extractivismo, explotación, violencia institucional, entre otras. Aunque en poesía y en narrativa he publicado algunos textos que van en la misma dirección, Sirenas es el primer registro que hago en dramaturgia.

¿Cuánto tiempo te llevó darle forma a esa idea en clave de la dramaturgia?

El proceso de escritura en torno a la idea inicial duró aproximadamente un año y medio, trabajando en el mismo texto, ampliando escenas, desarrollando personajes, resolviendo la trama. Terminó de tomar forma en la etapa de corrección.

¿Sirenas es una excusa o un medio para presentar una radiografía social?

Creo que la obra es accesible desde lo cotidiano, expone las vivencias que cualquier persona puede experimentar cuando va al supermercado del barrio: la explotación laboral, la violencia institucional, las desigualdades de género, cosas que están expuestas a la vista de todos como ofertas en una góndola, donde no hace falta que la publicidad sea engañosa para llevarnos algo de eso en carne propia.

¿Por qué Sirenas?

Tengo cierto fetiche por los títulos de una sola palabra, esa condensación. En este caso la etimología diversifica, posibilita rastrear otros sentidos al inmediato. El sonido de un ser mitológico que encanta a través de la voz y la reiteración monotónica de un artefacto que utiliza el signo sonoro como referencia pueden entrar en juego en una misma palabra. En la obra se conjugan estos sentidos en distintas acciones, personajes y tramas.

¿En base a tu experiencia y compromiso efectivo con personas en situación de vulnerabilidad? ¿La tragedia, la comedia y el absurdo son, para vos, herramientas útiles para desafiar la mirada contemplativa de conflictos sociales? ¿Pueden estas herramientas generar reflexiones contundentes en lo subjetivo?

La mirada contemplativa de conflictos sociales me suena a cátedra universitaria, ojalá surgieran desde esa perspectiva más desafíos al statu quo, pero por lo general, más que cuestionar, ese ámbito termina legitimando instancias del orden y el control social. El arte cuestiona, desde el género que sea. Toda incomodidad, incluso la de un texto que no se deja leer con facilidad, está señalando en esa misma acción más de lo que dice explícitamente y esa diversificación en el sentido es lo contundente, lo otro, no.

En cuanto al proceso de preproducción y posterior concreción. ¿Formarás parte del equipo de trabajo? Es decir, tenés posibilidad de participación activa en la puesta final?

La coordinación general de la puesta en escena y la producción corren por cuenta del Teatro Nacional Cervantes en coordinación con el Instituto Nacional de Teatro. Aún no sé cuál será el grado de participación que pueda llegar a tener como autor de la obra en la puesta en escena final. Por supuesto, me encantaría estar.

¿Qué expectativa te genera la representación de tu obra?

Tengo mucha expectativa en ver cómo son resueltas en la escena muchas de las situaciones que son propuestas en el texto, las interpretaciones, las tramas sonoras, la escenografía. Hay una distancia entre el estado original el texto, la dramaturgia, y la interpretación, la dirección, la filmación y la producción final.

Actualmente, ¿tenés en desarrollo otros proyectos?   

Sí, coordino la Comisión de Cultura del Club Gimnasia y Esgrima, con la que estamos produciendo una serie de podcast vinculados a la historia del club, algo de eso ya puede verse en Youtube, bajo el nombre de “Mitología blanquinegra”. También terminé de corregir  un conjunto de poemas que quiero publicar, pero tengo que encontrar una editorial que quiera abordar este tipo de temáticas y acompañe la propuesta dándole forma al libro.

Gabriel Jimenez es escritor mendocino, redactor freelance y docente en cárceles. Publicó tres libros de poesía, Vidrio molido (Carbónico ediciones, Mendoza 2009), Coso (Ediciones del Dock, Buenos Aires 2013) y Motín (publicado por Ediciones Culturales Mendoza en 2015). Este último fue premiado en el Certamen Vendimia que organiza la Secretaría de Cultura de Mendoza.

Editó y publicó revistas y fanzines a partir de talleres de escritura realizados en las cárceles. Fue editor de la revista de literatura El viajero indeciso (Secretaría de Cultura de Mendoza), colaboró en el Suplemento de Cultura del diario Los Andes, fue columnista de las revista Zero y La intemperie Mendoza.

Integró La moledora de carne, colectivo de investigación literaria. Desde 2009 participa en el colectivo ENIE (Encuentro Nacional Itinerante de Escritores). Es el socio 3.927 del Club Gimnasia y Esgrima, donde coordina la Comisión de Cultura, organizando ciclos literarios, podcast, muestras fotográficas, obras de teatro y actividades de difusión cultural.

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