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El Mercado Artesanal Mendocino celebra el Día de la Tradición con capacitaciones entre sus protagonistas


Se trata de artesanos que viven en lugares alejados del territorio provincial. Fomentar el arraigo, mejorar su economía y mantener las técnicas del tejido en cuero, lana y junquillo son los pilares de un programa que ya cumplió 42 años. Cada pieza lleva certificado de autenticidad y promueve el consumo solidario, casi una rareza en una era global y de producción masiva. Por qué elegirlas para regalar.

“Te lo enseñaron tus antepasados y tiene hoy un uso práctico” es la premisa de cada pieza que conforma la oferta de productos del Mercado Artesanal Mendocino.

Creado el 11 de noviembre de 1977, es el programa más antiguo por ley en la provincia. Mantener viva la cultura local y el saber hacer de nuestros antepasados es el eje de este proyecto que impulsa el bienestar del artesano folclórico y su familia.

El viernes 15 habrá una recepción en la sede central de Ciudad, actividad que se replicará el viernes 22 en Asunción, Lavalle. En ambos habrá intercambio de experiencias de técnicas y tratamiento de los materiales entre pares y la posibilidad de compras de insumos comunes para abaratar costos.

El mercado tiene dos centros de comercialización: San Martín 1133 de Ciudad de Mendoza y en la ciudad de Malargüe, en Estancia La Orteguina.

Por qué proteger a los artesanos y sus creaciones

Rescatan tradiciones, colaboran a mejorar la economía de los pobladores y promueven el arraigo. Las obras son realizadas principalmente con técnicas originarias de las poblaciones de Lavalle y Malargüe, y su producción se extiende a diversos puntos del territorio provincial.

Personal del Mercado Artesanal va periódicamente hasta las casas de los artesanos. La mayoría están en el secano de Lavalle o en el extremo sur de Mendoza y en menor medida en el resto del territorio, por eso recorren la provincia de extremo a extremo.

Las artesanías llegan así a pleno centro de Mendoza, donde se ubica la sede principal del Mercado Artesanal. Es un atractivo turístico y también un punto de compras para los mendocinos que deciden regalar una exclusividad que “teje” raíces con nuestra tierra.

Con más de 40 años de trayectoria, el mercado cumple así varias funciones: exposición, promoción y comercialización de productos característicos de la actividad artesana provincial.

Depende la Dirección de Economía Social y está ubicado en San Martín 1133 de Ciudad, el subsuelo de la sede del Ente de Turismo de Mendoza. Hace unos 25 años se sumó una delegación en el Sur, ubicada hoy en Ruta 40 s/n, Estancia La Orteguina, en Malargüe.

Desde la perspectiva del consumo, la ventaja es adquirir una pieza original, con un certificado de autenticidad que lleva el nombre de la persona que la produjo y su lugar de origen. Esta acción en contexto es casi una rareza en una era global y de producción masiva.

Estas expresiones culturales tradicionales contienen un valor intangible, pues transmiten el mensaje de la historia de nuestros pobladores precolombinos. Utilizando materia prima existente en su hábitat, los artesanos con sus manos creadoras rescatan la tradición y producen obras que se constituyen en bienes culturales que respetan y recrean técnicas ancestrales.

En sus salones de exposición y venta se pueden apreciar las tres expresiones artesanales tradicionales con que cuenta la provincia: la cestería huarpe de Lagunas de Guanacache, el tejido al telar y el trenzado en cuero crudo.

Precios y comercio justo

Desde $80 en adelante se ofrecen piezas en el mercado. Un anillo pasapañuelos simple en cuero trenzado tiene ese precio. La pieza más cara del mercado es un poncho de $10.000.

En ese margen hay cientos de productos, como riendas, lazos, caminos de mesas, pie de cama, frazadas, canastos con distintas utilidades, mates forrados en junquillo o en cuero, cinturones, pulseras o rosarios.

De huarpes, pehuenches y españoles 

La cestería tiene raíces huarpes y el tejido en telar mendocino enraiza también en las poblaciones originarias de las distintas regiones de Mendoza, mientras que con los españoles llegó el trenzado en cuero.

Predecesora de todas las artesanías, la cestería utiliza como base la fibra vegetal, que aumenta de tamaño en contacto con el agua y la hace casi impermeable. Es típica del Norte, de Lavalle, donde los ríos Mendoza y San Juan formaban las lagunas del Rosario. Los huarpes tejían la totora con cerdas de caballo y construían canoas para navegar y pescar. Hoy las lagunas están secas y sobrevive la cestería como técnica precolombina, característica del pueblo huarpe. Entre las piezas hay canastos, costureros y semilleras –cestos que se utilizaban para almacenar las semillas y hoy se usan como paneras en junquillo como materia prima.

Telar: en el Norte, en zonas de arenas, las obras tradicionales se caracterizan por su colorido, que contrasta con la aridez del secano. Se utiliza el telar horizontal o criollo de influencia española. En el Sur, en los parajes de Malargüe, los diseños son geométricos, con la impronta de puelches o pehuenches, empleando el telar vertical. Esta tarea es realizada generalmente  por mujeres.

La cultura del cuero fue usada desde la prehistoria como un oficio heredado de los españoles y árabes. Las labores en cuero son realizadas predominantemente por los hombres, puesteros, crianceros de ganado menor para su uso en la faena diaria. Los artesanos mendocinos son trenzadores por excelencia, emplean en sus trabajos entre 3 y 80 tientos, adornándolos con bombas y botones de cuero.

Más información en

Mercado Artesanal de Ciudad, San Martín 1133, en el subsuelo: lunes a sábado 8 a 14. Teléfono: 4204239.

Mercado de Malargüe: Ruta 40 s/n, Estancia La Orteguina: lunes a sábado, 8 a 14.

En https://www.mendoza.gov.ar/catalogoeconomiasocial.

 

Contacto: Jefe del Mercado Artesanal Mendocino Raúl Oribe: 261 335-1775

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