“El país y Mendoza están asistiendo a una transformación que nos hará distintos y mejores”

Si hay algo que me enorgullece de mi gestión es que, junto con el Gobierno Nacional de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hemos avanzado en recuperar la dignidad y la esperanza como sociedad, en haber logrado el crecimiento pero con inclusión social, es decir, que todos puedan beneficiarse de una Argentina y una Mendoza mejor, aún con los enormes desafíos que restan por abordar.

Muchas son las razones por las cuales debo agradecer a Dios, a mis padres, a mi familia, a mi Provincia, a los mendocinos en general. Ser Gobernador no es sólo una gran responsabilidad, es un inmenso honor, ser hijo de un trabajador metalúrgico que con su esfuerzo me permitió alcanzar un título universitario es una bendición con la que sueño para todos los jóvenes mendocinos.

Venimos de un país que por momentos perdió la característica de brindar movilidad social ascendente,  donde los jóvenes perdían el interés por la construcción colectiva. Hoy vivimos otra realidad, lo digo con convicción y respeto por quienes piensen diferente, fruto de un proyecto transformador que se inició en Argentina un 25 de mayo de 2003 de la mano de Néstor Carlos Kirchner.

A ese gran Presidente, que físicamente nos dejara hace 6 meses, le debemos el renacer del interés de miles de jóvenes por la cosa pública que hoy ven en la política la herramienta para transformar la realidad. A ese hombre mi reconocimiento y gratitud por el legado histórico de la Argentina que juntos estamos y seguiremos construyendo. Gracias Mendoza por elegirme. Gracias Mendoza por pensar un futuro con la misma generosidad que la magnitud de los desafíos reclama. El país y Mendoza están asistiendo a una transformación que nos hará distintos, y -no tengo dudas- seguramente mejores.