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En Mendoza la tendencia de mortalidad infantil es descendente


Esta mañana, en conferencia de prensa, el ministro de Salud, Juan Carlos Behler, acompañado por las directoras de Maternidad e Infancia, Susana Bresca y de Epidemiología, Adriana Koch, presentaron la tendencia de mortalidad infantil de las últimas dos décadas.

Las autoridades sanitarias destacaron el trabajo realizado por los distintos actores sociales. Sin embargo, como ocurre en todos los países, el descenso de la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) se produce temporalmente en forma irregular, lo que se denomina “dientes de sierra”. Esto implica que existen años de valores bajos y años de valores más elevados, debido a la multicausalidad de los determinantes tanto, sociales, económicos y culturales, que influyen en la muerte de menores de un año.

Por este motivo, los datos significativos referidos a la TMI se miden en períodos de 10 años, porque en estos lapsos se marca  una tendencia.

Durante las últimas dos décadas en Mendoza, la tendencia es descendente, ya que han bajado en un 50% los índices de mortalidad infantil, pasando de un 21.2 por mil en 1990 a 11,4 por mil en 2010.

Si bien respecto al 2009 se produce un incremento en la tasa de 1.4 (9.96 a 11.4 en 2010), se pueden citar otros años en los que la tasa subió de un año a otro: (15.5 en 1998 a 16.5 en 1999 y 11 en 2003 a 13.3 en 2004), oscilaciones esperadas dentro de la tendencia.

El ministro de Salud, Juan Carlos Behler, destacó la tarea realizada en los últimos años por los equipos de salud “que nos han puesto a nivel de país en una situación bastante ponderada en relación a otras provincias”.

Behler añadió que “cuanto más se baja la mortalidad infantil, más difícil es continuar con el descenso, a tal punto que Mendoza llegó a un valor de TMI denominado “núcleo duro” en el que nuevas bajas son muy difíciles de conseguir porque las causas de defunción responden a situaciones estructurales como educación, conductas sociales, enfermedades congénitas de muy difícil diagnóstico y tratamiento”.

Por otra parte, las acciones concretas no muestran su impacto en los índices inmediatamente, sino que los resultados se observarán a mediano y largo plazo.

Acciones sanitarias puntuales

El Ministerio de Salud continúa trabajando arduamente para seguir mejorando diferentes aspectos, por ejemplo:

– Evaluación permanente las condiciones obstétricas esenciales de las maternidades públicas.

– Seguimiento personalizado de los casos más graves de alto riesgo obstétrico y neonatal. Integración de equipos de recursos humanos interdisciplinarios en centros de salud a tal efecto.

– Capacitación de más de 200 agentes de salud en reanimación cardiopulmonar neonatal.

– Realización de talleres de trabajo para mejorar la calidad de la atención obstétrica sobre el concepto de maternidades seguras y basadas en la familia.

– Incorporación del sector privado a las evaluaciones que miden las condiciones esenciales de las maternidades.

– Creación de nuevos cargos de residencias médicas de pediatría, tocoginecología y medicina de familia.

– Mejora sustancial de la situación de los agentes sanitarios, recursos humanos esenciales para el control adecuado de las embarazadas, detección de embarazos y niños de alto riesgo en las zonas rurales y urbano-marginales.

La estructura de la mortalidad infantil de menores de 1 año

A los efectos de su análisis y toma de decisiones sanitarias, internacionalmente se acepta y se considera que la mortalidad infantil se compone de la mortalidad neonatal que incluye los niños fallecidos desde el nacimiento hasta los 28 días de vida y la mortalidad post neonatal que abarca los fallecidos entre 28 días y un año.

En los últimos 20 años los dos componentes se han mantenido en porcentajes similares siendo la Mortalidad Infantil Neonatal de alrededor del 70% del total.

Las causas de muerte en este primer período de la vida tienen que ver con la patología perinatal influida por la evolución del embarazo, la atención del parto, el embarazo no deseado, embarazo adolescente, entre motivos incluidas las malformaciones congénitas. Estas ultimas son difícilmente reducibles.

De izquierda a derecha: directora de Maternidad e Infancia, María Susana Bresca;

directora de Epidemiología, Adriana Koch; y el ministro de Salud, Juan Carlos Behler.

Edición: Sandra Pizarro