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Hacienda: un discurso encuadrado en la buena administración y la baja de impuestos


En la apertura de las Sesiones Ordinarias de la Legislatura, el Gobernador resaltó el trabajo que se viene haciendo con las finanzas públicas. El orden fiscal y administrativo le ha permitido a la Provincia resurgir después de años de deterioro.

En lo que a la cartera de Hacienda y Finanzas refiere, el discurso del Gobernador Alfredo Cornejo ante la Asamblea Legislativa hizo hincapié en el orden fiscal y la buena administración de las cuentas públicas, además de la política de disminución de impuestos. Remarcó que atrás quedaron las épocas en que no se pagaban los sueldos, se les debía a los proveedores y se administraba con descubiertos bancarios y anticipos de coparticipación.

En diciembre de 2015 se encontró una Provincia con las finanzas públicas en deterioro: baja ejecución de la obra pública –por debajo del promedio histórico–; una deuda flotante en niveles récord y un creciente gasto corriente. Ante esta situación, el Gobierno basó su política económica y financiera en cuatro pilares: mejora continua de los servicios del Estado junto a la consolidación fiscal, eficiencia del gasto, máximo nivel de inversión en los últimos años, para potenciar el funcionamiento y desarrollo económico de Mendoza.

“En 2015, por cada $100 que ingresaban a las arcas de la Provincia, se gastaban $107. Esos $7 extras había que pedirlos prestados al Tesoro Nacional y al Banco Nación. Hoy, por cada $100 que ingresan, sólo se gasta $94 en gastos corrientes”, graficó el Gobernador.

De esta manera, en 2018 se ejecutó un presupuesto con superávit corriente que permitió mantener y mejorar la calidad de servicios y provisión de bienes públicos. El plan de inversión pública consolidó la tendencia creciente en los niveles de inversión, superando al promedio histórico por más de 2 puntos porcentuales y devengando el 100% de lo votado.

“Durante esta gestión se revirtió un déficit del casi 7% del 2015 a un superávit corriente del 6% en 2018 (el primero en 8 años). Ese 6% se ha destinado a la inversión pública”, aportó.

Otro punto que resaltó Cornejo fue la regulación del pago de sueldos a los empleados estatales, inclusive dando cumplimiento a los compromisos asumidos en acuerdos paritarios de 2015 y anteriores, por lo que se efectuaron 3.390 pases a planta estatal: “Los empleados públicos están al día en sus haberes, con acuerdos paritarios firmados con todos los gremios estatales, lo que les ha permitido a nuestros agentes no perder poder adquisitivo frente a la inflación por el reconocimiento de la cláusula gatillo”.

Respecto de la toma de deuda, el mandatario fue claro: “Si Mendoza continúa en el futuro con una buena administración y responsabilidad, no hay necesidad de tomar deuda nunca más para obligaciones corrientes, como se hizo hasta antes de mi asunción”.

No hay que irse muy lejos para recordar que Mendoza tuvo que reducir la deuda flotante en un 65%, tras recibir un Estado completamente desfinanciado y con elevados compromisos a pagar en el corto plazo.

Vale aclarar que la actual gestión de Gobierno tuvo que colocar bonos en pesos para bajar la deuda en dólares. En total, fueron $5.200 millones. Los fondos se destinaron principalmente a la cancelación de sus vencimientos de deuda en dólares y para continuar con el plan de obras de infraestructura provincial y adquirir equipamiento necesario para la mejora de servicios básicos.

Respecto de la carga impositiva, el Gobernador explicó que “la baja progresiva de impuestos provinciales ha significado una disminución en la recaudación pero un alivio en la presión impositiva para los ciudadanos contribuyentes”. La Provincia fue pionera en la baja de alícuotas. Desde el inicio de gestión, se ha propiciado la disminución de los impuestos distorsivos (Ingresos Brutos y Sellos) y la recomposición de los impuestos patrimoniales (Automotor e Inmobiliario). Bajo esa línea, se procedió con todas las leyes impositivas.

En 2016, la Legislatura aprobó el Plan Plurianual de Reducción de Alícuotas, con el objetivo de volver a la composición tributaria de 2007. Este programa quedó subsumido en el Consenso Fiscal firmado en noviembre de 2017 entre el Poder Ejecutivo nacional, las provincias argentinas (excepto San Luis y La Pampa) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Con el Consenso se aceleraron las rebajas que había iniciado Mendoza, además de implementar medidas de saneamiento de las cuentas públicas tendientes al logro del equilibrio fiscal, entre otros puntos.

A pesar de la situación macroeconómica del país, estos lineamientos de política tributaria permanecen inalterables. Se espera continuar por el camino de la reducción gradual hasta la eliminación de alícuotas en Ingresos Brutos y Sellos, en algunas actividades, prevista para 2022. Vale aclarar que entre 2017 y 2018, a un total de 223 actividades se les aplicó rebajas de -0,5 puntos en algunos casos y -0,25 en otros.

De esta manera, la Provincia continua por tercer año consecutivo con la política tributaria de disminuir la presión fiscal sobre aquellos impuestos distorsivos que gravan toda la cadena, y afianzando los patrimoniales. Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, Santiago del Estero y San Juan son las únicas provincias que bajaron sus impuestos en 2018, cumpliendo con el Consenso y esquivando cualquier artilugio legal que permitiese subir las alícuotas.

De la mano a todo esto está la implementación del Bono Fiscal I y II, que ha permitido establecer la baja de impuestos a 110 proyectos de inversión, que en el corto plazo van a generar 2.900 puestos de trabajo.

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