La escuela de educación especial 2-050 recibió formalmente el nombre de “Elvira Ferraris”

Esta institución educativa nace en 2008 debido al importante crecimiento demográfico y con la necesidad de atender a estudiantes con discapacidad. Luego de muchos años, su identidad se completa con el reconocimiento de un nombre que demuestra la trascendencia de sus obras y el compromiso social con su comunidad, “Elvira Ferraris”, habitante de Luján de Cuyo, fue maestra diferencial en la Escuela Nº 2-002 “Pedro Nolasco Ferreyra” de Capital hasta el día de su jubilación.

El acto se llevó a cabo en el Centro Integral Comunitario de Ugarteche, lugar en donde funciona actualmente la escuela 2-050 “Elvira Ferraris”. Durante el acto, la directora de Educación Especial, Susana Yelachich, expresó: “Siento un gran orgullo de estar participando de esta ceremonia. Tener identidad da sentido de pertenencia y eso es muy bueno para la comunidad educativa”.

“Quiero transmitirles mi compromiso con todos los docentes, padres y alumnos de esta institución, mi equipo y yo estamos a disposición para ayudar en todo lo que se pueda avanzar y me comprometo personalmente a solucionar el problema edilicio de esta escuela”, afirmó Yelachich.

El intendente de Luján de Cuyo, Omar De Marchi, manifestó que “esta comunidad es un ejemplo de esfuerzo y de trabajo compartido. Es un placer que el nombre de una gran mujer sea el elegido para esta institución educativa, tenía una gran capacidad para emprender proyectos para los lujaninos”.

Para finalizar, la directora de la escuela, Isabel Días, agradeció a toda la comunidad educativa por el trabajo que realizan día a día y expresó: “La escuela 2-050 está de fiesta, la creación de esta institución en la zona sur de Luján permitió integrar a los chicos. Después de una cuidadosa selección, esta escuela lleva el nombre de una mujer que se destacó por su labor en la enseñanza especial”.

En el emotivo acto también participaron su familia y amigos; supervisores y directoras; la legisladora Mariana Caroglio, que fue recibida con gran orgullo por la comunidad de Agrelo, y Américo Lázaro un vecino, referente importante del lugar.